Hoy trataré un tema que me afecta de primera mano, y que creo
que es uno de los alimentos menos explotados en la dieta sin gluten, los
dulces.
Es cierto que los dulces son unos de esos alimentos que
realmente son superfluos en una dieta, que los comemos por satisfacción
simplemente, ¿pero acaso los celiacos no podemos tener la oportunidad de consumirlos
con la misma facilidad, o al menos un poco menos difícil de lo que es ahora? Al
ser uno de los alimentos que tomamos por gusto quiere decir que es algo
placentero y que nos resulta agradable al paladar, y muchas veces uno se puede
sentir mentalmente mejor al tomarlos. Es así que muchas veces los celiacos nos
sentimos tristes por ello.
¿Qué me ha llevado a
pensar esto? Pues el otro día fui a la playa y uno de los muchos vendedores que
hay por la playa vendían dulces, que si dulces de chocolate, de crema, unos
dulces llamados boliñas, que la verdad estos últimos siempre he deseado
probarlos. Son unos dulcecitos típicos de Portugal y debido a la cercanía de Portugal
con las playas de Huelva, suele ser habitual venderlos en la playa. La familia
que estaba situada en la toalla de enfrente paró al señor para comprar unos
dulces, y claro, valga la expresión, a mí se me caía la baba. A pesar de no ser
muy golosa, ya que nunca he tenido ninguna pasión por este tipo de alimentos,
es una de las cosas por las que no he sentido nunca un especial interés, pero
he de decir que en ese momento lo pasé mal. Y claro al pensar me dije, si yo
aún no siendo muy golosa hay veces que lo paso mal respecto a este tema, las
personas que sí sean golosas ¿cómo deben de pasarlo? Aún así creo que puedo afirmar
que no lo pasan muy bien, pues conozco a otros celiacos en este caso.
Con este ejemplo lo que intento decir es que creo que estaría
muy bien poder encontrar dulces sin gluten en más sitios/establecimientos, e
intentar mejorar su calidad. Cada vez hay más, es cierto. Y hay muchos dulces
sin gluten que venden en pastelerías u otros comercios que están buenísimos,
pero la gran mayoría no y es esto lo que habría que potenciar.
Los precios de los dulces para celiacos están realmente altos
y es cierto que en la mayoría de los casos la calidad tampoco va con su precio.
Hay que llegar a un equilibrio calidad-precio, y llegar al punto en el que los dulces
sin gluten no solo sean dulces para celiacos, sino que la gente no intolerante
al gluten también quieran y estén dispuestos a comprarlos porque su sabor y
textura sea igual de buena.